El curso realizado con el Jardín de Neko fue una linda experiencia de juntanza entre varias personas curiosas por las plantas. Contó con un acompañamiento teórico en primera instancia y después con una pequeña práctica que nos vinculó emocionalmente con una planta que previamente se escogió. Allí, el compartir entre las personas participantes se potenció. Entrar en contacto con la tierra, con un ser del mundo plantar y disponerse a cuidarle, sin duda, genera una conexión, que además se extiende al colectivo, puesto que pudimos crear conversación y cercanía alrededor de algo que cada uno ama. Gracias al Jardín de Neko por la experiencia y también al lugar que se escogió, que tiene una historia muy interesante y digna de ser contada, que es habitada además por perros muy amados y gallinas, además de plantas. Mucho por seguir explorando desde el Jardín de Neko, para activar sentidos y potenciar conocimientos que permitan sostener la vida de las plantas.
